Dios les bendiga amados hermanos, los jóvenes del Tabernáculo de la Ciudad de Apatzingán les envían un saludo en el nombre del Señor Jesucristo y desean compartir lo que ha acontecido en estos últimos días con cada uno de ellos.
El pasado jueves 16 de julio nuestros hermanos Juan Antonio Ibarra y José Eduardo Ibarra acompañado de su esposa la Hna. Daneli Alarcón, tuvieron la oportunidad de regresar a la montaña con los jóvenes para dar continuidad al trabajo que se inició el 8 de julio, en aquella ocasión se hizo mención que una de las principales distracciones de este día es el uso excesivo del celular, razón por la cual existe un distanciamiento de Dios, al no saber darle el uso correcto, incluso cayendo en chismes entre jóvenes, nuestro Hno. José Eduardo nos hizo recordar lo que dice el Profeta acerca del chisme en el mensaje de “Espíritus Seductores” párrafo 90: "Entre muchas de las personas donde encontramos emociones y todo eso, comienzan los chismes y las calumnias, y toda clase de cosas impías. Hermano, eso es ácido sulfúrico en la iglesia" siendo el poder del enemigo tratando de fracturar la unidad en la iglesia.
El día 23 de Julio la regresamos nuevamente al campo, nuestro Hno. Luis Alberto Alvarado, dio inicio a una tercera plática tomando como base la escritura de 2da. Corintios 2:17. Resaltando que la sinceridad es importante para amalgamar los lazos de la amistad y posteriormente se abrió un espacio donde cada joven abrió su corazón y externó todo lo que podría provocar alguna indiferencia o una raíz de amargura, tratando así de prevenir lo que el día de mañana pudiera perjudicar a algún joven.
Nuestro hermano José Eduardo finalizó mencionando que para que una verdadera liberación exista tiene que haber una completa sinceridad y para eso, el primer paso es reconocer nuestros errores, venir a Dios y rendir nuestro corazón para que Él pueda venir y quitar todo lo que nos estorba. Cerramos esta plática con una oración poniendo en las manos de Dios la amistad entre la juventud y el trabajo que está por venir.
En nombre del Tabernáculo de la Ciudad de Apatzingán reciban un cordial saludo. Dios les bendiga.