En este 2020, año agradable del Señor en la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz la simiente de Dios está viva y continúa en movimiento en su preparación; en nuestra localidad avanzamos con la misma dirección y el mismo objetivo: llegar en óptimas condiciones a nuestra fiesta.
Los servicios en casa no paran, seguimos las transmisiones locales y nacionales dándole continuidad al trabajo, así mismo nuestro Pequeños Guerreros han desempeñado un papel muy importante en los servicios en casa pues con su participación nos animan a seguir en una preparación incesante, y sin desmayar; nuestras maestras de escuela dominical se han sumado a este esfuerzo elaborando un plan de trabajo de actividades didácticas supervisadas por nuestra hermana Esther Merchant, hemos entendido que está labor nos compete a todos y que el éxito está en cuidar todos los detalles.
El lunes 15 de junio el Hno. Obed Garduza Flores convocó a todos los varones a una salida a la montaña para entrar en una consagración mayor. Nos dimos cita por la madrugada en la localidad de Barrillas para partir hacia las faldas del cerro de San Martin donde Dios a través de nuestro pastor nos ha dirigido a nuestro altar de oración en contacto con la naturaleza, convocándonos a reforzar el ayuno y la oración, elementos claves en nuestra vida cristiana.
Nuestro pastor menciono que el enemigo es astuto y quiere opacar la fiesta de la iglesia en nuestra nación a través de un escenario devastador a nivel mundial pero no debemos olvidar que el poder de Dios es más grande porque puede convertir una maldición en bendición y el pueblo de Dios tiene que llegar en victoria a nuestra cita.
Gracias a todos los que han participado y hecho posible las transmisiones especiales para nosotros, realmente han sido de gran bendición en nuestros hogares, es grato hacer uso de la tecnología para escuchar la Palabra de Dios y alabarle a Él en los servicios de adoración.
Dios les bendiga grandemente pero sobre todo le damos gracias a Él que nos fortalece para poder levantar la voz y mostrar que nuestro Señor Jesucristo es el mismo de ayer, hoy y por los siglos.
Saludos amados lectores desde el Tabernáculo de la Ciudad de Coatzacoalcos.