[El Espíritu Santo nos está invitando a una total liberación, pero esto no puede suceder si primero no somos ordenados en casa]….
Dios nos ha dado grandes bendiciones a través de estos meses, pero sin duda, el trasladar el Tabernáculo de la Ciudad de Querétaro a nuestros hogares ha sido glorioso y ha traído grandes beneficios para nosotros. A Dios le ha placido venir a nuestros hogares en la iglesia de Querétaro, llevando a cabo servicios, al igual que oraciones, esto nos llevado a consagrar verdaderamente los hogares, con el fin de fortalecer la vida espiritual individual, así como en familia, asimismo prepararnos para nuestra Convención, sabemos que la preparación no solo es dentro de la iglesia, también en los hogares, si logramos proyectar luz en nuestros hogares, proyectaremos vida en la Iglesia. Con ardua entrega en nosotros y dedicación a la encomienda que se nos dio lograremos regresar a nuestras iglesias con fuerzas y con frutos de un verdadero trabajo realizado. Para los hijos de Dios en la iglesia de Querétaro ha sido de mucha fortaleza, el regresar a los servicios chapados a la antigua, la atmósfera en cada hogar realmente ha cambiado, y seguiremos disponiendo nuestro hogar como un lugar para adorar a Él, que sea: “mi casa y yo serviremos a Jehová” hasta que Nuestro Señor venga…
Hoy más que nunca Dios quiere que estemos firmes en el fundamento de su Palabra, Él quiere bendecirnos en el año agradable y estamos agradecidos por la oportunidad que Nuestro Señor Jesucristo nos ha dado, sin duda Él nunca se equivoca, cada uno de sus planes son perfectos.
Del mensaje. “El Año Del Jubileo”.
52. Yo mismo me recuerdo cuando oí esas buenas nuevas venir a mi corazón. Cómo un pequeño y viejo muchacho pecador estando allí en la cama del hospital, el Doctor dijo “tienes tres minutos de vida”. Yo escuché un sonido del cielo que me dijo que el año del jubileo estaba aconteciendo, acepte al Señor Jesús, solté todas las cosas del pecado, y le dije al diablo: “Tú ya no me puedes hacer más daño, por qué yo he dado mi vida a Cristo Jesús y no puedes latiguearme ya más” Desde entonces, él me ha fanfarroneado muchas veces. Pero no puede tocarme, por qué es solo un fanfarrón. Yo puedo oír su látigo sonar, pero eso no hace nada, no puede agarrarme por qué pertenezco al Señor ahora. Eso es cierto.
Dios nos a regalado un año de oportunidad, un año de jubileo, de regresar a Él de corazón. Nos da la oportunidad de pertenecer a Él, de servirle y adorarle a Dios de corazón.
Damos gracias a nuestro Hno. Alberto Gómez, quien ha estado al pendiente de nosotros, a través de rondas apostólicas y agradecemos su arduo trabajo que ha venido realizando en estos meses, que sin duda a traído fortaleza a nuestras vidas.
Seguimos en preparación para nuestro evento que se acerca, creyendo que será un tiempo glorioso. Dios les bendiga.
