Dios les bendiga amados hermanos les enviamos un cordial y caluroso saludo en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo; queremos compartirles que los días 1 y 2 de febrero del presente año recibimos la visita apostólica de nuestro. Hno. Antonio Tovar, junto con su familia y un matrimonio del Tabernáculo de la Cuidad de Frontera nos visitó con el fin de fortalecer a la Iglesia del Señor.
Iniciando el día sábado con una plática general tomando la escritura de Deuteronomio 30:15-19. En donde nuestro Hno. Antonio nos relató su experiencia acerca de la 2° Reunión Ministerial Nacional 2019, mencionando que en el campo Dios se movía de una manera grandiosa y diferente, también recordando lo que fue dicho durante este evento que muchos estábamos entre la vida y la muerte, ya que el ministerio se había confiado, y de tanto estar confiado ya no sorprendíamos al diablo porque habíamos estableciendo un patrón repetitivo y el enemigo ya nos volvió predecibles, él mismo nos hacía sentir bien, más no estando bien, porque no revisamos nuestra experiencia y sirviendo a Dios de una manera mediocre: haciendo la pregunta: ¿el Tabernáculo de la Ciudad de Torreón se confió?, Dios nos dio una nueva esperanza de vida para poder terminar 2019 en una nueva condición y poder recibir 2020.
El domingo nuestro Hno. Antonio Tovar compartió con nosotros el tema: “Regresando la Gloria de Dios al Hogar”, tomando como las escrituras de Éxodo 12:1 y 1era. de Crónicas 13:12-14. Diciendo que tenemos tres clases de templos: nuestro, hogar e Iglesia, los cuales deben de estar en orden con Dios y aplicar la Sangre del Señor como se hacía en los tiempos del pueblo de Israel donde aplicaban la sangre de un cordero y asimismo aplicar la Sangre de nuestro Señor Jesucristo en cada hogar como una señal de seguridad. Lo cual es necesario regresar a Dios a los hogares para sucedan cosas sobrenaturales por que por mucho tiempo sacamos a Dios del hogar, es el tiempo de restablecer la comunión con Dios y retomar los altares familiares, lo cual debemos sacar toda impureza y convertir el hogar en nuestra iglesia; quitándole al diablo las cosas que nos quitó y las cosas que nosotros le entregamos voluntariamente por descuidos.