Agradecemos a nuestro Señor Jesucristo por la oportunidad que nos da, de poder compartirles el hermoso tiempo que vivimos el pasado día domingo 30 de junio, al ser privilegiados con la visita de nuestro amado hermano Alfredo González Domínguez y su apreciada esposa, la Hna. Rosita Ruiz.

Desde luego, La Palabra, fue traída por nuestro Hno. Alfredo González, Apóstol del Señor Jesucristo, quien compartió con nosotros el tema: “EL VENCEDOR PERFECTO”, citando Apocalipsis 3:14-19 y 21 y Hechos 2:40. En su mensaje, inició diciendo que la Iglesia está viviendo la última Edad, que es Laodicea, y que por tanto, no vivamos una vida de tibieza, ya que entonces, nuestro resultado será el no entrar a Su Reino como vencedores. Mencionó, que el vencedor perfecto, es aquel, que aún en sus luchas y aflicciones, vive una vida consagrada a Dios, creyendo Su Palabra y confiando plenamente en Él, y es esto, lo que trae a Nuestro Señor Jesucristo a la escena, ya que estamos viviendo los últimos tiempos de una edad engañosa, siendo la generación más perversa, pero también, Dios nos abrió una edad más gloriosa, pues el Libro de los Sellos fue abierto en 1963. El cielo se vació para que cada uno de nosotros podamos vencer toda tentación que el enemigo nos pueda poner enfrente, ya que el Nuevo Nacimiento, nos quita el deseo de pecar, pero no las tentaciones. También, habló que el pecado más grande de hoy es la mundanalidad en la Iglesia, no podemos echar al mundo fuera hasta que Dios viva en nosotros. Cuando el mundo sale completamente de nosotros, es cuando somos vencedores del mundo, porque Dios nos llamó a vencer al mundo.

La Iglesia debe recordar siempre, que vive para Dios y el principal objetivo es Nuestro Señor Jesucristo, ya que el diablo, siempre va a tratar de desviarnos del objetivo. La Iglesia está viviendo en un exceso de confianza, como si Dios estuviera obligado con la Iglesia y no la Iglesia con Él, como si ella mereciera más que Dios.

El Mensaje de Restauración tiene que proveer, a la Iglesia, perfectos vencedores, tenemos que vivir un avivamiento a diario en nuestros corazones para no permitir que muera, luchando para hacernos más fuertes. La Novia, son los perfectos vencedores si se visten de La Palabra y de Su Espíritu, no debemos permitir que los espíritus de esta edad nos derroten, necesitamos a Dios en todo momento y si dejamos a Dios necesitamos regresar al lugar donde lo dejamos.

De esta forma, concluyó este servicio, que sin duda, fue de gran fortalecimiento y ayuda a nuestras vidas. Queremos agradecer también nuestros hermanos del Tabernáculo del Valle de Cintalapa y de la ciudad de San Cristóbal De Las Casas por su presencia, pues igualmente, nos pudimos gozar del compañerismo y la convivencia al término del servicio. ¡Que el Señor Les Bendiga!