Dios les bendiga, los días 31 de mayo y 01 de junio del presente año, recibimos la visita de los hermanos Obed Garduza, Pastor del Tabernáculo de la Ciudad de Coatzacoalcos,
y Mauro Mota, Pastor asociado del Tabernáculo del Tlacuilolapan, acompañados de sus respectivos equipos de trabajo.
Dando inicio el día sábado a una plática con el gobierno de la iglesia y jóvenes en servicio, dirigida por los hermanos Obed Garduza y Luis Enrique Cruz,
quienes recalcaron la importancia y la urgencia de cumplir verdaderamente el oficio que Dios nos llamó a desarrollar. Por la tarde nuestro servicio
general fue llevado por el hermano Mauro Mota tomando como base las escrituras Hebreos 12:1 y S. Mateo 7:24, donde nos hizo ver que Dios
trae las cosas a cumplimiento cuando uno se entrega a la Palabra, llevándonos a tener una reconstrucción en nuestra vida espiritual,
y en donde nuestras bases deben de estar bien cimentadas en la oración y el ayuno.z
El día domingo continuamos con el desarrollo de dos pláticas, una dirigida a los matrimonios con base en las escrituras de Génesis 2:21,
Eclesiastés 4:9 y Hebreos 12:1. Se destacó la importancia de la ayuda mutua, la madurez emocional y espiritual,
y la estabilidad como pareja para servir a Dios con libertad y plenitud.
El hermano Luis Enrique Cruz dirigió una plática juvenil basada en 1 Timoteo 4:12 y Proverbios 12:1.
Animando a los jóvenes a ser ejemplo en palabra, conducta, amor, fe y pureza. Subrayando la importancia de las reuniones juveniles como espacios de definición espiritual
y preparación para recibir las bendiciones que Dios tiene reservadas para ellos.
El servicio general del domingo fue dirigido por el hermano Obed Garduza, quien compartió el tema: “Rompiendo la Inercia”.
Explicándonos que la inercia, es la resistencia al cambio, esta oposición también se manifiesta en lo espiritual y para romperla, necesitamos de una fuerza transformadora,
es decir el fuego del Espíritu Santo. Solo así podremos alcanzar la madurez espiritual y poner nuestra vida al servicio de Dios.
Damos gracias a Dios por permitirnos vivir esta visita pastoral. Fue, sin duda, una bendición para cada uno de nosotros.
Reciban un cordial saludo de parte de la iglesia del Señor en Huimanguillo, Tabasco. ¡Que Dios les bendiga grandemente!