Estamos profundamente agradecidos al Señor por el hermoso fin de semana que vivimos, lleno de bendiciones y momentos inolvidables los días 5 y 6 de octubre. El día sábado muy temprano, nos trasladamos al Tabernáculo de Huimanguillo, Tabasco, en la localidad de Tres Bocas, donde pastorea nuestro Hermano Jorge Santiago.
En la tarde del día sábado, tuvimos el privilegio de disfrutar de un hermoso servicio de cantos que estuvo lleno de gozo, alegría y adoración. Fue un momento sublime de conexión espiritual, donde las voces y los corazones se unieron en armonía y adoración para nuestro Señor Jesucristo.
Fue un tiempo de comunión y edificación, fortaleciendo los lazos de compañerismo y la comunicación de la iglesia en la presencia de Dios y donde pudimos recibir la palabra de aliento y enseñanza para seguir avanzando hacia la meta.
El día viernes, se llevaron a cabo pláticas de chequeo para evaluar el estado actual de nuestra iglesia. Durante la reunión, los hermanos expusieron el plan y el objetivo de la visita, con el fin de identificar áreas de oportunidad y fortalecer la Simiente de Dios en esta localidad. Se enfatizó la importancia de la unión y el compromiso de todos los integrantes para alcanzar los objetivos propuestos, asimismo, se acordó trabajar en conjunto para fomentar la unión, el servicio y la evangelización dentro y fuera de la iglesia. Nuestro hermano Gonzalo Gutiérrez Niño, Pastor del Tabernáculo del Valle de Cintalapa, fue el voceador de la Palabra con el tema: "La carrera que tenemos por delante”. Comenzó su mensaje con una oración, pidiendo que la Palabra de Dios fuera de bendición y guía para todos. Luego, leyó varios pasajes bíblicos, incluyendo Hebreos 12:1-2, 1 Corintios 9:24-27 y Mateo 14:22-33. En su mensaje, destacó que estamos en el último tiempo y que es importante estar activos en nuestra fe, no paralizados por la inactividad espiritual. Nos recordó que, para correr la carrera de la fe, debemos despojarnos de todo peso y pecado que nos asedia y mantener nuestros ojos puestos en Jesús. También enfatizó la importancia de la paciencia, definiéndola como la capacidad de soportar algo molesto y penoso sin alterarse. Nos exhortó a esperar con calma y tranquilidad el cumplimiento de los propósitos de Dios en nuestras vidas.
Finalmente, recordó que, para estar activos en nuestra fe, debemos nacer de nuevo y permitir que Dios cambie nuestra naturaleza y nos convierta en criaturas eternas. Solo así podremos correr la carrera de la fe con paciencia y perseverancia.
Sin duda, este fin de semana fue de gran bendición para ambas Iglesias, pues fue un momento hermoso vivirlo juntos en armonía del Señor. Que la gracia del Señor sea con ustedes, y les bendiga abundantemente.
¡Que su paz y amor nos acompañen siempre!
