Saludamos en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo a todos nuestros hermanos y amigos. Con gran alegría compartimos con ustedes la gran noticia de nuestra Fiesta de Jubileo celebrada en el Norte del País (Coahuila), donde Dios derramó su Espíritu Santo sobre su pueblo. Esperábamos con una fuerte preparación en ayuno, oración y salidas al campo buscando a Dios y fortaleciendo las familias con servicios de hogar, aparejando todo para este gran tiempo de Jubileo.
Las iglesias del norte compuestas por Saltillo, Frontera, Torreón, Monterrey y Parras estuvieron en campaña de preparación para que este 19 y 20 viéramos la Gloria de Dios entre nosotros. Nuestro precioso hermano Elmer Méndez, Apóstol de Jesucristo, fue quien Dios asignó para llevar a cabo este trabajo, con gran unción e inspiración nos predicó la Palabra de Dios haciendo énfasis en las promesas de Dios para nuestros días, era palpable en la atmósfera la presencia de Dios. Resaltamos que ese día sábado las autoridades de protección civil se presentaron en el Tabernáculo para parar y suspender el evento por causa de la pandemia que vivimos en todo el mundo. Pero Dios estaba en la escena no había duda alguna, después de dialogar con ellos accedieron a que continuáramos sin problemas nuestra reunión, y ese incidente fue un ingrediente que vino a elevar más nuestra fe y certeza que lo que Dios estaba a punto de hacer por nosotros era grande. Nuestra cita el domingo fue a las 6 a.m. comenzó la alabanza y todos con la expectativa de lo que acontecería, y nuevamente Dios ungió a su siervo Elmer Méndez con un poderoso mensaje que llenaba nuestros corazones, luego estando de pie nuestro Predicador dijo que allí estaba ese momento clímax y sublime y que Dios estaba dispuesto a darnos aquello por lo que habíamos esperado, la gente vino de prisa clamando al altar, corazones hambrientos de Dios, luego se hizo una línea de oración donde los ministros presentes impusieron manos sobre toda la Iglesia y no había duda, Dios estaba allí para cumplir su Palabra y suplir la necesidad y llenar de su Espíritu Santo a su pueblo. Para finalizar nuestro servicio tuvimos una gran convivencia en el campo con todos nuestros amados hermanos.
Hoy podemos decir EN EL NORTE DE MÉXICO, LA SIMIENTE ESTÁ VIVA.
Por José Antonio Tovar
Apóstol de Nuestro Señor Jesucristo
Fotografía
Rogelio Váldez, Cristian Robledo, Karime Pineda y Nallely Pérez